CARELOS x BRIANBB

MÁS QUE AMIGOS…


Por fin había llegado el día. Estaba en el barco, a punto de llegar a la Antártida para verle. Por fin iba a ver a uno de mis mejores amigos, la persona de la que me había enamorado tiempo atrás… Por fin iba a ver a Carelos.

No le había dicho que iría a verle, pero ya estaba hecho. Ahí estaba yo, Brian, a las 11 de la mañana en un barco hacia el puerto de la Antártida más cercano a su casa, más nervioso que otra cosa. Cuando llegué, tuve que ir preguntando a los diferentes pingüinos locales dónde estaba su calle.

Me topé con nada más y nada menos que MrNadiX. Me lo encontré programando en C# una aplicación para bloquear a Dalas de la vida. Me dijo que la casa de Carelos estaba cerca. Solo tenía que girar a la izquierda en el primer iglú, y seguir recto pasando por dos icebergs. Después de un buen rato caminando, por fin me encontré su casa.

Me armé de valor, y llamé al timbre to’ nervioso me cago en la p*ta.
– YES, MY NAME IS TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI, TONY BAMANABONI. – dijo el padre de Carelos al abrir la puerta.
– Hola, me llamo Brian, soy un amigo de su hijo. ¿Puede usted llamarle por favor?
– oh ok.

Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, llamó entonces a Carelos 20 veces para que bajase, y mientras bajaba, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, Tony Bamanaboni, se metió un tiro y murió fuerte, porque el autor de este fan-fic está un poco quemado de escribir el nombre.

– ¡Sorpresa Carelos! – dije cuando le ví aparecer. Sus ojos se abrieron como platos al verme, y yo estaba casi babeando por él.
– ¿BB…? ¿Eres tú?
– Hola Carelos. – Me abrazó rápidamente, y me llevó a dentro.
– ¡No me lo puedo creer, BB cabrn de mierda! ¿Qué haces aquí parguela? ¡Por fin te veo en persona!
– Quería darte una sorpresa.
– Joder, pues qué sorpresa. ¡Mírate, payaso! ¡Que yo te imaginaba refrescante cual Aloc Acoc Orec, pero es que estás más bueno!

Ehhhh… ¿me acababa de decir que… estoy bueno? R U FAKIN KIDIN ME M8¿¿¿. Me tensé instantáneamente…

– Oye Carelos, eres una playa… – le dije algo avergonzado.
– Pónte cómodo y deja la mochila por ahí. Por cierto, ¿qué traes ahí si se puede saber?
– Nada importante. Un par de mudas de ropa por si acaso.
– oh ok. ¡Entonces podrás quedarte unos pocos días sin problema!
– ¿Q-Qué?
– Sí, hombre. Hay una cama que se ha quedado libre con la muerte de Jàmon, así que podremos pasar un poco más de tiempo juntos.
– No sé… no querría ser una molestia…
– ¡Qué molestia ni que molestia! Tú nunca molestas.
– De acuerdo entonces. Seré tu inquilino por un par de días. – Sonreí eufórico; sin saber en qué me estaba metiendo al aceptar su propuesta…

La primera noche decidimos jugar al CS:GO desde distintos ordenadores. Nos pusimos el mapa «SafeHouse Pls SafeHouse Pls HouseSafe Hola», y estuvimos cerca de 4 horas acuchillando gente hasta que nos quedamos solos con bots. El caso es que el cansancio del viaje me pasó factura y me quedé dormido (en mitad de la partida, porque why not?). Me desperté a la mañana siguiente en la cama que estaba tras de mi. Miré a mi alrededor pero no le ví, así que me levanté. Le encontré en la cocina haciendo macarrones.

– HOOOLAAAA CAREEEELOOOOOSSSS – le dije gritando, casi dejándome la garganta. Sabía que le hacía gracia que le hablase gritando. Se descojonaba.
– Ho-hohoho-hoho-hola. ¿Qué tal has dormido?
– Bien. – dije bostezando y estirándome – ¿Me llevaste a la cama anoche, no?
– Te quedaste dormido en el escritorio y no quería que te quedases ahí. El viaje te dejó Hola, ¿no?
– Sí, estaba algo cansado… Gracias.
– No hay de qué, hombre. -sonrió, sirviéndome un plato de macarrones tan grande como una televisión 8K. – Esto te lo comes, pero dúramente.
– oh ok.

Comimos, y luego salimos a dar una vuelta. Estuvimos todo el día viendo su barrio (el cual consistía sobretodo de hielo e iglúes, peero oc.) Al volver a casa, decidimos pedir una pizza para cenar. Tras llamar, se sentó a mi lado en el sofá y empezamos a hacer el tonto. Carelos lanzó su brazo a mi pecho, me cogió de una teta y me la retorció, y yo no hacía más que reírme. Me tiré al suelo, intentando librarme de ese dolor, sin dejar de reírme, y él terminó encima de mí. Dejó de tirarme de las tetas y empezó a mirarme fijamente. Su mirada me atravesaba y mi corazón se aceleraba. Le veía acercarse poco a poco, y cada vez me ponía más nervioso.

– Brian… – dijo Carelos excitado.

Sus labios estaban a milímetros de los míos. Madre mía… ¡Me iba a besar! Cerré los ojos para dejarme llevar, pero entonces el sonido del timbre me hizo abrirlos de nuevo. Carelos gruñó como la perra que es, y se levantó a abrir la puerta. Me senté en el sofá y me tapé la cara. Me hervían las mejillas.

– Aquí está la pizza. – dijo volviendo al salón. – ¿Te encuentras bien? Estás muy rojo.
– ¡Pues claro que estaba rojo! ¿¡Cómo iba a estar si no!?

Se hizo el silencio. Con incomodidad, cenamos mientras veíamos la televisión, aunque yo no estaba atento a nada. Solo podía pensar en lo cerca que habíamos estado de besarnos. Cuando terminé de comer me levanté para recoger todo, pero Carelos me agarró de la muñeca.

– ¿Carelos? – pregunté intrigado.
– Brian, espera un momento. Quiero hablar contigo.

Me senté de nuevo, dejando el plato en la mesa. Cada vez me sentía más nervioso.

– Antes cuando… bueno, antes de que llegara la pizza… perdona si te hice sentir incómodo. No era mi intención.
– No pasa nada.
– No es eso… creo que te debo una explicación… – me cogío de la mano – Brian… me haces tilín.

Mi corazón se detuvo por un instante al oírle. Tenía que estar soñando. No me lo creía…

– …si quieres irte lo entenderé. También entenderé que no vuelves a hablarme… – dijo deprimido.
– Sabes que nunca haría eso.

Me miró y me sonrió con dulzura. Era la hora, tomé valor y le dije:

– K-Carelos, yo… Yo también estoy enamorado de ti. Te quie-..

Antes de que pudiese terminar de hablar, me besó. Me sentía en las nubes, todo era de IVER. Cuando sentí sus manos colarse por debajo de mi camiseta me sentí un poco nervioso, y amenazado por otro tirón de teta, pero me trató con cariño, por lo que me dejé llevar. Terminamos desnudos en la cama de su difunto padre, besándonos sin descanso. Mi cuello estaba lleno de marcas de besos y mis mejillas ardían.

– Carelos, ¿estás seguro de esto? – le pregunté mirándole a sus hermosos ojos.
– Hazlo, pero YA, MIRA NIÑO, COMO NO ME LO HAGAS TE JURO QU-…

Entonces, entré en él. No pudo evitar gritar (a lo bestia). Se sentía como si le hubiese partido el cuerpo por la mitad. Su interior se sentía cálido y húmedo, se sentía como si me arropase e invitase a ir más profundo, pero me estaba preocupando por él, por el grito de antes.

– ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? Si quieres paramos… – le pregunté.
– N-no, puedo soportarlo. Sigue…

Noté humedad en mis dedos, y al mirar me di cuenta que le había arañado la espalda hasta hacerle sangrar. Me sentí mal, por lo que decidí dejarle ahora a él que me lo hiciera. Ahora pude comprender por qué gritó de esa manera. Era algo inicialmente doloroso, pero ciertamente placentero.

Dejé de pensar cuando empezó a moverse para penetrarme con mayor intensidad. Su enorme pene atravesaba mis cuartos traseros como si no hubiese un mañana. Estaba muy excitado. Carelos se dió cuenta de mi empalme; cogió mi pene, y se lo llevó a la boca, procediendo a realizar un SUCC. Estaba en un éxtasis sexual nunca antes imaginado por mi (y mira que tengo experiencia previa). Entonces, noté la «pressure».

– K-Carelos… estoy demasiado excitado. Creo q-que… voy a…

No me dió tiempo a decirle nada, ya que antes de que terminase, llegué al orgasmo y me corrí en su boca. Podía ver cómo gotas de semen caían por la comisura de sus preciosos labios. Me acerqué y los lamí.

Carelos entonces, aún con mi pene en mano, metió su dedo (el que tiene forma de culo) dentro de mi prepucio, y comenzó a sacar las gotas de semen restantes. Tras eso, me metió ese dedo en la boca. Sabía realmente bien. Aún con todo eso sucediendo, él aún seguía penetrándome con fuerza. Me sorprendía la resistencia a la eyaculación que él tenía. Pero entonces dijo:

– B-Brian… Creo que estoy llegando a mi límite. Voy a sacarla antes de liar nada dentro de nada, t-tú ya me entiendes…
– N-No. – dije antes de que hiciera nada – No quiero que retires tu pene. Continúa, hasta el final. Dame tu zumo de amor.

Entonces, Carelos comenzó a gemir en voz baja, para luego proceder a gritar «PUPA», como las gallinas de su paquete de recursos de Minecraft. Y entonces… llegó. Podía sentir como su semen bajaba lenta y gentilmente por mi recto, hasta llegar casi a los intestinos. Sentía un agradable y húmedo calor dentro de mi; podía sentir su amor, conmigo. Todo fue perfecto y terminé quedándome dormido apoyado en su pecho, mientras él me acariciaba el pelo con delicadeza.

A la mañana siguiente me levanté un poco cansado, y me dolía un poco la cadera y otras cosas. Estaba un poco avergonzado por lo que había pasado la noche anterior, pero estaba feliz a pesar de tener que volver a casa esa tarde.

MESES DESPUES…

Carelos me ofreció irme a vivir con él, y yo acepté sin dudar. Desde entonces, hemos sido felices como si de una pareja de adolescentes enamorados se tratase, y todos los días despierto a su lado con una gran sonrisa…

¡Quién me habría dicho que coger aquel barco terminaría yendo a buen puerto! ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Ir arriba